El camino de Santiago
francés, que discurre
paralelo al río Aragón, al
igual que otros existentes
en la geografía aragonesa
(ruta del Ebro, pasos de los
Pirineos de Bujaruelo, puerto
de Palo y el Roncal, entre
otros) ha sido y es una ruta
elaborada por los peregrinos
en un viaje emprendido, de
forma individual o colectiva,
para visitar Santiago de
compostela, lugar santo por
haber sido, según la tradición,
enterrados los restos del
apóstol Santiago.