En Aragón, san Jorge había sido proclamado por los reyes patrono de sus fuerzas de caballería, las más aristocráticas. El Justicia, que pertenecía por ley al brazo de los «caballeros» y a la Cofradía de San Jorge, utilizaba en ocasiones el estandarte georgino, con el santo a caballo, mientras que el rey empleaba su propio blasón (las barras o señal real) y sus jinetes, la cruz roja sobre
blanco. El reino acabó haciendo suyo el emblema y así seguimos. Ahora se cumplen 550 años, aunque el aniversario no haya llamado la atención de las
autoridades.