No hay mejor metáfora para un
humedal recuperado recientemente,
después de permanecer siglos en el
olvido, con un futuro incierto que
bebe de una discrepancia histórica,
todavía no resuelta, entre partidarios
y detractores. Situada en la depresión
del Jiloca, entre las poblaciones de
Cella y Villarquemado, la laguna del
Cañizar fue probablemente uno de los
mayores humedales de agua dulce del
interior de la península Ibérica.