En el extremo oriental de la rama aragonesa de la cordillera Ibérica encontramos alineaciones montañosas
y depresiones de orientación NO-SE y E-O. Aunque la altitud media de la zona no es muy elevada, el profundo encajamiento de los ríos y barrancos ha dado lugar a hoces y cañones fluviales de gran belleza paisajística. La escasa cubierta vegetal permite al viajero observar el
paisaje geológico, con fuertes contrastes de colores y texturas en las rocas presentes y espectaculares ejemplos
de pliegues y cabalgamientos que se hacen evidentes a escala de afloramiento.