El Moncayo destaca en la Ibérica como el punto más alto en la divisoria entre Aragón y Castilla-León. Es
una atalaya de primer orden desde la que divisar todo el nordeste peninsular, desde el Sistema Central
a los Pirineos. Fácilmente ascendida en verano, puede convertirse en invierno en una empresa compleja y
a veces peligrosa, pues a menudo recibe fuertes vientos y sus laderas se encuentran heladas. Llevaremos
siempre crampones y piolet. Si encontramos un día de anticiclón, sin vientos, podremos subirla y bajarla
con los esquís puestos, trazando una bonita circular con un gran descenso por su mismo Cucharón.